Te miro, me pareces interesante, valiente inocente q te quieres meter entre mis sábanas. Esas canas me recuerdan a George Clooney y empiezas a encender ese morbo en mí, tus ojazos penetrando mi alma con esa mirada. Tus labios son gruesos, apetecen morderlos, q nuestras lenguas hagan el amor y se conozcan mañana. Te voy a entrar y me moriré si me rechazas, no pierdo nada; otro me adulará y ya veré si mis labios besará.
Me acerco decidida, mi vestido rojo es sexy, espero q no te de un infarto cuando veas mi ropa interior.
Te sonrío y respondes con otra y me invitas a un chupito. Nos miramos, esos ojos q me cautivan creo q me han desnudado y en algún lugar he perdido el tanga.
Me coges de la mano, un hotel cercano, parece q lo tenias preparado. Pensabas mojar y yo he sido más tú víctima q tú verdugo.
Recorremos el largo pasillo, mi sexo arde y estoy temblando por los nervios.
Te pregunto la edad, no puedes ser mi padre, soy buena para ti, me dominarás.
Paramos en la puerta, la abres, entro primero, muy oscuro todo.
Das la luz, cierras la puerta y me coges del brazo apoyando mi cuerpo contra ella. Me coges con las dos manos la cara, apartas mi pelo y no dejo de mirarte como si supiese q lo q va a ocurrir es sexo brutal y desenfrenado; tal vez aquí o en el baño.
Me besas, cierro los ojos, nunca lo hago. Tus labios me enloquecen y me dejo llevar. Acaricio tu pelo canoso y meto la mano por el interior de la camisa, pronto me la quitas, me sujetas ambas con solo una de tus manos. Muerdes mi cuello, estremezco de placer, me pones a cien.
Desabrochas mi vestido, la cremallera en el lateral, estoy muy mojada.
Dejas caer el vestido, tiemblo, no es de frío, nervios.
Me coges en brazos, parecemos recién casados, pero en tú mirada veo deseo y te beso. Entramos en la habitación, suavemente me dejas entre almohadas, te desnudas ante mi atenta mirada.
Me quedo anidada con tu artillería pesada.
Me quitas el tanga q ya creía vaporizado, el sujetador dejan ver mis pezones duros y a punto, ¡maldito encaje! Me lo quitas también y cuando voy a lanzarme porque te deseo dentro de mí, sonríes pícaro y me atas las manos. Mi respiración es dificultosa pero estoy a tú merced.
Besas mi boca, mi cuello, mis pezones, mi barriga, ves mi tatuaje y vuelves a tener esa mirada lasciva. Acaricias con el dedo corazón mi sexo, mojado y listo.
No dejas de mirarme y yo no dejo de moverme. Me estremeces, me pones mucho.
Tus labios me tocan ahí y se me escapa un grito. Tu lengua me domina y levanto mi cadera invitándote a entrar. Te ayudas con un dedo y no tardo en irme, grito tan fuerte q imposible q no me hayan oído.
Estoy cansada pero quiero más, te deseo a ti.
Tus manos acarician mis muslos, suben mientras tu boca besa la mía y me pruebo de paso.
Sin darme cuenta estás dentro de mí.
Tu cadera empuja la mía haciéndote sentir más dentro, eres suave y delicado, me lo haces con cuidado cómo si fuese de cristal.
Vuelves a besarme, me estás haciendo el amor, no es sexo.
Sueltas mis manos y te abrazo desesperada mientras alcanzamos el clímax con dos estocadas, suaves y delicadas.
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