Me arde la entrepierna con imaginar tu sonrisa, me late el corazón al recordar tu erección. Tus besos de tarde, noche y de madrugada me hacen desearte todo el día, contar los segundos, minutos para volver a rozarte, acariciarte y tenerte en mi cama, moviendo las sábanas.
Satisfacernos a besos, polvos de sexo duro y hacernos el amor hasta el amanecer, sin dormir y haciéndonos gemir. Cenar con dos velas, leernos poemas no nos llena, preferimos perdernos, bañarnos con música o leer juntos en el sofá.
No dormimos, ardemos en deseo, necesitamos nuestros cuerpos.
Fuego en la chimenea, no hace calor, es más lo q desprendemos interno q lo q se cuece en la casa, a las brasas de una lela quemada, expectante de nuestros silencios, complicidad y anhelo.
Cuando no te tengo, fantaseo, q manera de perder el tiempo. No puedo evitar q estés en mi sueños y en mi realidad, no puedo evitar q alguna vez no quieras. Yo siempre estoy dispuesta para ti, te deseo desde q me levanto hasta q intento dormir sin pensar en ti.
Tal vez sea la primavera, la sangre altera, pero créeme q ardo por ti aunque no estés aquí.
Lencería q veo, lencería q compro pensando en tus manos desabrochando, tocando y deseando tocar mi piel bañada en vainilla...
Tu leche endulza mi cuerpo y mi cama, pero oler a sexo no es apropiado en horas de trabajo.
No tardes en venir, te espero con vino blanco, arropada con un kimono rojo esperando tus labios y tu sexo en mis senos. Despiértame si duermo, no te quiero en sueños...
No hay comentarios:
Publicar un comentario