Hace muchísimo que no entro por estos lares, la falta de tiempo me tiene algo desconectada de algunas cosas, por ejemplo de la lectura. En lo que llevamos de año tan solo he leído un libro, ¡uno! tengo una amiga que debe de llevar veinte o más. En fin, no he perdido el tiempo del todo, he estado escribiendo y teniendo una vida social un poco intensa. Pero ahora os pongo al día de todo ya que febrero ha dado para mucho.
Comenzaremos por el principio, febrero, el mes del amor (para algunos) venía con la sorpresa de que el nueve de febrero se estrenaba la tercera y última parte de la trilogía de Cincuenta Sombras de Grey, bueno para quienes seguís mis redes sociales (Facebook, twitter o Instagram) sabréis que mi opinión es que si habéis leído el libro no vayáis a verla, aunque para gustos los colores.
Como es tradición, no fui a verla con mi chico (no le haría pasar ese mal trago, ni pasarlo mal yo) fui con mi mejor amiga, igual que fuimos al estreno de las otras dos.
En la primera película lloré yo, sí, soy una llorona de mierda; en la segunda lloró ella, algo que no podía entender ya que de las tres novelas el segundo libro me pareció el más aburrido.
Y en la tercera y última entrega fui yo quién volvió a secarse las lágrimas con mucha diferencia a cuando lo hice leyendo el libro.
Hay mucha diferencia de ver una película a leer un libro, nuestra imaginación monta en su mente cada escena descrita letra a letra. Imagina al chico, con esa sonrisa picarona o incluso la banda sonora que tendría. Tener tanta imaginación es lo que tiene, luego ves la película y simples detalles descritos en el libro pasan desapercibidos en la gran pantalla y más cuando hace tanto que has leído el libro, pero eso no me ocurrió a mí, tengo memoria fotográfica para lo que quiero y cuando estábamos viendo la película os aseguro que me pasé más tiempo echando de menos escenas y detalles que disfrutando de la película.
Todo ocurría muy deprisa, sin la intensidad que vives en el libro, sin los nervios de lo que ocurrirá ya que era todo predecible incluso para quién no había leído el libro, como mi amiga.
Lo atrayente de esta historia es que haya personas que consiguen ver algo psicológico en todo esto, bueno, pues os informo de que Grey es un controlador, obsesivo; que por el hecho de tener pasta y estar bueno o incluso ser un personaje ficticio nos parece atractivo. Bien, aclaro que su comportamiento es machista y que si hoy en día se diese a conocer un caso similar en las noticias sería acusado de maltrato psíquico. No dejarle que haga topless, que lleve su apellido y no el de ella, que no trabaje o se vaya con él de viaje... hay muchos detalles de una persona insegura, con miedo a la soledad encontrando placer en el control, ya sea sexual o no.
Todo esto con mi respeto a todas las enamoradas de Grey, a mi personalmente me gusta más su R8 que él y sus complejos.
También añado lo poco que a él, al protagonista, se le ha visto, sigue siendo la mujer la que más enseña o deja entre ver, algo que tampoco entiendo ya que es una película para mujeres y sinceramente todas tenemos lo mismo.
No me hizo temblar, no me excitó... esperaba más.
Dicho esto y esperando próximos abucheos voy a seguir creando polémica hablando de San Valentín.
14 de Febrero
Llegó el día de los enamorados y realmente iba a escribir un post para dar algunas ideas para ese día, sobre todo a hombres despistados que puedan complacer a sus parejas a última hora.
Pero sería hipócrita hacerlo porque no creo en ello.
No es que no crea en el día de los enamorados, es que para mí son los 365 días del año y no tengo que demostrarlo sólo un día porque no quiero a mi pareja ese día marcado por los centros comerciales o floristerías.
Es mucho más romántico un día cualquiera pasar por un escaparate de antigüedades y ver una bola de cristal con la torre Eiffel en su interior y regalarlo que hacerlo ese día dónde los precios han incrementado y todo el mundo espera algo.
¿Queréis saber cual fue mi regalo de San Valentín? Me mandaron el enlace de nuestra canción favorita por WhatsApp dándome los buenos días.
No hace falta más, tenemos que dar importancia a lo realmente importante y no a los materiales.
Para románticas, lamento mi opinión, pero es mía y tan respetable como la vuestra y espero de corazón que recibieseis lo que queríais para que el pobre chico no lo lamentase.
Y así, para cambiar de tema no voy a hablar ni del tiempo, ni de deportes ni de política, os digo que mi próximo post será muy especial porque será en marzo y será una despedida de los 32 para abrazar el nuevo número que me acompañará durante un año, los 33, la edad de Cristo.
El mes de febrero ha pasado deprisa, aunque yo preferiría estar ya en agosto, y no porque tenga vacaciones, más bien porque estoy deseando que lleguen todos los planes que tengo y ansío contar.
Espero que Marzo nos traiga las mismas buenas cosas que febrero o mejor ya que hemos tenido frío, lluvia (que nos hacía falta) y nieve, en algunas regiones.
Seguiré informando ;)